lunes, enero 22, 2007

Pamplona entera se va de borrachera

Tras el partido de ida de octavos de final de Copa ante Osasuna, el Atlético debía viajar a Vigo para enfrentarse al Celta. El partido fue coser y cantar para el conjunto rojiblanco, que a la media hora ya ganaba por dos a cero con sendos goles de Fernando Torres. En la segunda parte Agüero rendondeó el resultado, que se vería modificado más tarde merced al tanto de Nené para dejar el definitivo 1-3 en el marcador.

El gran juego desplegado por el equipo de Aguirre en Balaídos hacía crecer la confianza en una victoria en el antiguo Sadar. El Atlético jugaría el miércoles la vuelta de los octavos de final frente a Osasuna. El conjunto rojillo consiguió un valioso empate a uno e el Calderón, por lo que afrontaba la vuelta en casa con la confianza de saber que un empate a cero le bastaba. Sin embargo, los navarros no salieron a especular, y al descanso ya vencían por 2-0. El resultado se mantuvo hasta el final pese a los intentos del Kun , por lo que los de Pamplona consiguieron clasificar para cuartos de la Copa del Rey.


Casualidades de la vida, el siguiente partido de Liga enfrentó de nuevo, por tercera vez en diez días, a Atlético y Osasuna, esta vez en el Vicente Calderón. El choque comenzó tosco y aburrido. Ninguno de los dos equipos conseguía llegar al área rival con claridad y todos los ataques de la primera mitad se estrellaban contra la defensa rival. En el segundo acto el Atlético despertó y comenzó a elaborar jugadas. El Kun Agüero monopolizaba las acciones de peligro rojiblancas y a punto estuvo de batir a Ricardo en una buena jugada personal. Pero la fortuna quiso dejar para el final del encuentro todos los acontecimientos importantes que sucederían en este. Todo comenzó en el minuto 77, cuando el árbitro señaló penalty y expulsión a Cuéllar por un claro agarrón a Fernando Torres. El Niño asumió la responsabilidad de la pena máxima, y falló. El disparo ni siquiera fue entre los palos. Ante esta desgracia la grada arropó como nunca a su ídolo y supo darle fuerzas para que no se derrumbará. Apenas seis minutos después, en el 83, un córner botado por Jurado dio origen al gol colchonero. Tras varios rechaces el balón le calló a Zé Castro, que la enchufó al fondo de las mallas haciendo enloquecer a los más de 45.000 aficionados que se dieron cita en el coliseo rojiblanco. Lo cierto es que las palabras del Cuco Ziganda, entrenador de Osasuna, resumen prefectamente lo que sucedió en los minutos finales del choque, "El equipo enfocó mal la rabia". Y es que dos minutos depués del tanto, el ex-mandrilista Soldado propinó un deleznable codazo al portugués Zé Castro, y fue expulsado automáticamente. Una vez en los minutos de prolongación el portero Ricardo demosotró su nerviosismo al dar un patada a la pelota cuando ya estaba fuera del campo. Este acto significó su segunda amarilla, que ya debía haber visto mediada la segunda parte por un sucio empujón a Agüero que el árbitro no vio o no quiso ver. Corría el minuto 95 y el Atlético bailaba a su gusto a los ocho jugadores rojillos. El público comenzó a corear cada pase con olés, en clara señal de burla hacia el verdugo de la Copa. Tras unos cuantos pases entre los zagueros rojiblancos Raúl García no pudo soportar la humillación y realizó una terrible entrada a Seitaridis, que, como no podía er de otra manera, fue premiada con una tarjeta roja directa. Osasuna acabó con siete y el Atlético con tres puntos más.

Finalizada la primera vuelta los de Aguirre son quintos con 35 puntos, a uno de Champions y a tres del liderato. Soñar es gratis.

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