lunes, mayo 21, 2007

A las duras y a las maduras, siempre rojiblanco

Vergüenza, pena, rabia, asco, son algunos de los sentimientos que deja a cualquier aficionado el "partido" de esta noche. "Partido" entre comillas, porque para que se juegue un partido debe haber dos equipos sobre el campo. Esta noche en el Calderón jugaba un equipo serio, el FC Barcelona, y una panda de "futbolistas" que parecían verse por primera vez en su vida. Hasta el primer gol del cuadro blaugrana, el encuentro transcurría igualado, parecía que el Atlético iba a ser capaz de ayudar al vecino blanco en su lucha por la Liga. Tras el tanto todo cambió. El segundo portero colchonero, "Pichu" Cuellar, suplente del lesionado Leo Franco, erró garrafalmente en una salida y puso en bandeja el 0-2 a un incrédulo Zambrotta. Poco después el arquero volvió a lucirse al no despejar un centro de Deco que acabó en el gol de Etoó, 0-3. Durante el descanso venían a la memoria míticas remontadas como aquel 5-4 al Barça de Romario. Es por ello que la afición lo recordaba con cánticos como: "Arriba, arriba, arriba con ese balón, que Manolo la prepare, que Manolo la prepare y Caminero meta gol" y "Ole, ole ole, Cholo Simeone", apelando a la raza de las leyendas vivas rojiblancas. Con el 0-4 de Ronaldinho las esperanzas se desvanecieron, y con ellas toda la dignidad de los jugadores atléticos. La segunda parte solo se puede definir con una palabra, lamentable. La lluvia y el penoso espectáculo eran alicientes suficientes para algunos de los espectadores que dejaron el campo abandonando al equipo a su suerte. Sin embargo, un tercio de la grada se mantuvo con la cabeza alta hasta el final del choque. Indignados, asqueados, los aficionados que aguantamos estoicamente el partido completo rozábamos el masoquismo. Pero ser del Atleti significa ser distinto, o al menos así lo entiendo yo. Sufrir es parte de nuestra naturaleza, y eso nos dará mucha más satisfacción cuando lleguen los triunfos.
El 0-6 final es lo de menos, igual hubiera dado acabar perdiendo de cuatro que de ocho, la imagen dada por el equipo esta noche es penosa, jugadores arrastrándose por el terreno, incapaces de robar la pelota, incapaces de mostrar carácter ganador, de mantener el orgullo, el honor. Si el Atlético hubiera metido un gol, no se podría haber llamado gol de la honra, esa cualidad estaba perdida desde el momento en que los jugadores dejaron de correr, dejaron de creer en la victoria.
La única consecuencia positiva, si es que perder 0-6 puede tener algo mínimamente positivo, es la no ayuda al Real Madrid. El conjunto vikingo venció al Recreativo de Huelva, beneficiando al Atlético en la lucha por Europa. Los colchoneros no devolvieron el favor y la Liga se decidirá en las tres próximas jornadas.
Pese a todo ello, seguiremos puño en alto animando a nuestro Atleti.

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